Acabamos de llegar de Nueva Zelanda, y Valentina está muy bien. Me sorprendió enormemente cómo ha mejorado su inglés y principalmente la confianza en sí misma, así que al menos para mí, el viaje ya está justificado.
Tuvimos la oportunidad de compartir muy cercanamente con la familia que la aloja, y pudimos confirmar que son encantadores, muy preocupados, estrictos cuando deben serlo, y que no pudo haber tenido más suerte con ellos. Sumado a eso, ha hecho muy buenas migas con la compañera de casa, una alemana de 15 años de quien se ha hecho muy amiga.
En resumen, un viaje redondo y muy felices de ver cómo está nuestra hija.